

Asediado por la corrupción, Pedro Sánchez coge aire por un escándalo que golpea a la derecha española
En plena ofensiva contra el Gobierno de Pedro Sánchez por varios casos de corrupción que lo rodean, la derecha española se ha visto golpeada a su vez por un gran escándalo que debilita su estrategia y da aire al dirigente socialista.
La bomba cayó el 16 de julio, cuando un juez levantó el secreto del sumario de una investigación iniciada en 2018 e imputó al ex ministro Cristóbal Montoro y una treintena de personas por una larga lista de siete delitos, como cohecho, fraude y prevaricación.
El juez acusa a Montoro, quien fue ministro de Hacienda en dos ocasiones durante once años cuando el Partido Popular (PP, derecha) dirigía el gobierno - entre 2000 y 2004, y luego entre 2011 y 2018 - de haber tejido una "red de influencias" para promover reformas legislativas favorables a empresas, a cambio de pagos a sociedades de asesoramiento que él había fundado.
La noticia lanzó un balde de agua fría sobre el PP, en el momento de mayor debilidad del socialista Pedro Sánchez, luego de que su ex número tres, Santos Cerdán, fuera encarcelado a finales de junio por un caso de mordidas a cambio de obras públicas que implica también a su ex ministro de Transportes José Luis Ábalos.
Un caso muy dañino para Sánchez -quien llegó al poder en 2018 gracias a una moción de censura que desbancó al gobierno del PP de Mariano Rajoy, entonces envuelto en un macrocaso de corrupción- ya que Cerdán y Ábalos fueron colaboradores cercanos y determinantes en su ascenso al liderazgo socialista y al Gobierno.
Además, Sánchez está cercado por otras investigaciones judiciales contra su esposa, su hermano y el fiscal general del Estado que nombró su Gobierno.
- "La corrupción generalizada (...) acabó" -
El caso Montoro supone un "un soplo de aire fresco" para Sánchez y daña la ofensiva del PP, porque "le quita el argumento de autoridad" al hacer "emerger en la memoria los peores momentos de corrupción" de ese partido, estima a la AFP la politóloga Cristina Monge.
Aprovechando la oportunidad, el socialista buscó marcar diferencias con la derecha. "La corrupción generalizada y sistematizada que hemos visto en el caso Montoro (...) acabó en el año 2018 con la moción de censura", afirmó Sánchez el martes durante una visita en Montevideo.
Lo que se hizo bajo Mariano Rajoy fue "legislar para intereses particulares vinculados con élites empresariales en contra del interés general previo pago de comisiones", insistió Sánchez.
Según el sumario judicial al que tuvo acceso la AFP, dos sociedades fundadas por Montoro, que eran mera "vía de canalización y distribución del cobro de comisiones", habrían obtenido un beneficio de unos 48 millones de euros (56,3 millones de dólares) a cambio de modificaciones legislativas.
Los pagos provinieron de empresas de muy diversa índole, desde constructoras, compañías eléctricas, gasistas, de energías renovables y del sector del juego.
Pero además, Montoro, cara visible de la política de austeridad tras la crisis económica iniciada en 2008, habría usado a la Agencia Tributaria para beneficiar a personas y amedrentar a aquellas que le eran incómodas, como periodistas o el presidente de La Liga de fútbol, según estos denunciaron tras estallar el escándalo.
- Sin "empate" -
Acusando el golpe, el líder del Partido Popular (PP), Alberto Núñez Feijóo, ha mantenido un perfil bajo y se ha limitado a pedir "que se investigue hasta el final".
Ester Muñoz, portavoz del PP en el Congreso, reconoció el lunes la preocupación que puede sentir "esa gente que no llega a final de mes y enciende el televisor y ve estos casos de corrupción".
Pero rechazó que el Gobierno asuma que hay "un empate" en casos de corrupción y que se "equilibra la balanza", alegando que tramas como la de Santos Cerdán son actuales y no del pasado.
Esta "percepción de corrupción" constante "en torno a los grandes partidos" es peligrosa, porque hace que "se resienta mucho la confianza" en el sistema político y favorece "la abstención" del electorado, advierte Cristina Monge.
Asimismo, solo beneficia a la formación de extrema derecha Vox, tercera fuerza en el Parlamento y subiendo en las encuestas, "que es en estos momentos el partido que está capitalizando el descontento, la rabia, la indignación", agrega.
J.F.Rauw--JdB