

Cómo condujeron los bombardeos "anunciados" de Irán en Catar a una tregua con Israel
Los bombardeos sin precedentes de Irán contra una base estadounidense en Catar fueron cuidadosamente calibrados para facilitar una salida a la crisis con Washington y abrir la vía a una tregua con Israel, apuntaron analistas y un funcionario.
El lunes, Irán avisó que iba a disparar misiles contra la base de Estados Unidos, lo que minimizó el riesgo de víctimas y permitió que los proyectiles fuesen interceptados.
Con esos disparos, Irán respondió a los bombardeos masivos que llevó a cabo el pasado fin de semana Estados Unidos contra instalaciones nucleares iraníes, una escalada que despertó temores respecto a la reacción de Teherán tras más de una semana de guerra con Israel.
La base militar atacada, la de Al Udeid, se ubica a 190 km al sur de Irán, al otro lado del Golfo, y es la mayor que tiene Estados Unidos en Oriente Medio.
Sin embargo, el bombardeo no enojó al presidente estadounidense Donald Trump, que incluso dio las gracias a Irán por "haber avisado a tiempo" a Washington.
Catar condenó los tiros, los primeros que la República Islámica haya efectuado contra el territorio de un Estado del Golfo. Aún así, su primer ministro matizó que la respuesta de Doha sería "diplomática" y no militar.
Horas después del ataque, Trump anunció un alto al fuego que tanto Irán como Israel aceptaron rápidamente. Una fuente cercana a las conversaciones indicó que Doha "persuadió" a Teherán para que aceptara el cese de las hostilidades.
- Puerta de salida -
Según Neil Quilliam, experto en geopolítica en el centro Chatham House, el ataque era "manifiestamente limitado" y "buscaba mostrar a la población iraní que los dirigentes [del país] reaccionaron con firmeza" a los bombardeos estadounidenses.
Irán había prometido "fuertes consecuencias imprevisibles" para Estados Unidos.
Las ricas monarquías del Golfo, que albergan varias bases militares estadounidenses, llevaban varios días preparándose para una eventual respuesta iraní.
Una semana antes del ataque contra Catar, Baréin, sede de la 5ª flota estadounidense, había probado sus sirenas de alarma.
Unas imágenes satelitales de la semana pasada, publicadas por Planet Labs PBC y analizadas por la AFP, mostraban que se habían retirado muchas aeronaves estadounidenses de las pistas de la base de Al Udeid.
Unas horas antes de los disparos, la embajada de Estados Unidos en Catar recomendó a sus ciudadanos que limitaran sus desplazamientos, un aviso similar al emitido por otras misiones diplomáticas occidentales.
El Ministerio catarí de Relaciones Exteriores dijo que el tráfico aéreo fue temporalmente suspendido por "precaución".
- "Encajar el golpe" -
Para Ali Vaez, del grupo de expertos International Crisis Group, las represalias iraníes "fueron proporcionadas y anunciadas de tal manera que no provocaran víctimas estadounidenses, permitiendo así una salida a la crisis para ambas partes".
Según la fuente cercana a las conversaciones, el primer ministro catarí, Mohamed bin Abdelrahman al Thani, contactó con los iraníes a petición de Washington después de los bombardeos.
Donald Trump informó entonces al emir de Catar de que Israel aceptaba un alto al fuego. El vicepresidente estadounidense, JD Vance, habló por teléfono con el primer ministro catarí y éste "persuadió a Teherán de aceptar la propuesta durante una llamada con los iraníes", según la misma fuente.
Ali Vaez considera que "las buenas relaciones entre Irán y Catar explican porqué Teherán optó por bombardear (...) la base de Al Udeid en Catar".
Antes del ataque, algunos observadores barajaban la posibilidad de que Irán bombardease a las fuerzas estadounidenses desplegadas en Irak o en otras partes de la región.
Para Ali Vez, lo ocurrido es un ejemplo del "rol de mediador que juega Catar entre Irán y Estados Unidos" pues "el país aceptó encajar el golpe para intentar evitar una nueva escalada".
"Si las respuestas oficiales de Catar a los ataques fueron condenar a Irán, también enviaban un mensaje implícito para pedir el fin de los conflictos en la región", apuntó por su parte Neil Quilliam.
M.Kohnen--JdB