

Los gazatíes, con más miedo del hambre que de las bombas israelíes
Hosam Abu Aida sobrevive en un campamento para desplazados en Gaza, y la falta de alimentos que padecen sus hijos lo tiene atormentado. "Temo más al hambre y a las enfermedades que a los bombardeos de Israel".
Como miles más de gazatíes, cada vez que escucha algo de la llegada de ayuda humanitaria se precipita a los locales de la agencia de la ONU para los refugiados palestinos (UNRWA) en Ciudad de Gaza. A veces espera durante mucho tiempo y, después, descubre sistemáticamente que se trató de "una mentira".
"El hambre nos está destrozando", afirma este hombre de 38 años, originario de Beit Lahia, una localidad del norte de la Franja de Gaza que está cercada por la nueva ofensiva lanzada por Israel.
Su situación refleja el sufrimiento de la población de este asolado territorio palestino desde el inicio del conflicto, que estalló después del asalto lanzado por el movimiento islamista Hamás en territorio israelí, el 7 de octubre de 2023. Este ataque resultó en la muerte de 1.218 personas y el secuestro de 251, según datos israelíes.
La campaña de represalia israelí contra Gaza causó más de 53.000 muertos en el territorio palestino, según datos del ministerio de Salud del gobierno de Hamás que la ONU considera fiables.
Israel impuso un bloqueo total a la entrada de ayuda el 2 de marzo, con el objetivo de presionar a Hamás para que liberara a los rehenes que siguen cautivos.
Después de más de dos meses de este cerco, la presión internacional sobre Israel aumentó, con críticas incluso de Estados Unidos, su principal aliado, por lo que las autoridades decidieron permitir la entrada de ayuda en cantidades limitadas.
Israel acusa a Hamás, que gobierna en Gaza, de desviar los envíos de ayuda, y el movimiento islamista acusa a su vez a las autoridades israelíes de utilizar "el hambre como un arma de guerra".
"La situación es insoportable" en Ciudad de Gaza, relata Um Talal al Masri, de 53 años. "Nadie nos ha dado nada, todo el mundo está esperando".
"Desde hace dos días, escuchamos hablar de la ayuda, pero hasta ahora nada llegó y no hemos recibido nada", se queja. "Solamente palabras vacías".
Israel anunció que autorizó la entrada de 93 camiones de la ONU cargados con ayuda humanitaria con harina, alimentos para bebés y suministros médicos el martes, y otros 100 el miércoles.
- "Queremos vivir" -
"Mis hijos se duermen con hambre todos los días", relata Omar Salem, que vive en un campamento de desplazados en Jan Yunis, en el sur del territorio. "No queremos más promesas, queremos vivir".
La ONU se queja de que esta ayuda es "una gota de agua en un océano" de necesidades y se queda de que Israel impone obstáculos para que la ayuda llegue a la población.
Según testigos, cientos de camiones cargados con ayuda alimentaria e insumos de emergencia, están esperando del lado egipcio de la frontera, en el sur de la Franja de Gaza.
En los comedores populares, la población amontonada raspa las ollas hasta la última cucharada.
En Nuseirat, en el centro de Gaza, un grupo de niños espera con desesperación recibir un poco de trigo en un reparto, estirando por encima de sus cabezas los platos vacíos.
En el barrio de Al Rimal, en Ciudad de Gaza, se repite la misma escena.
El 9 de mayo, la Defensa Civil de Gaza, acusó al ejército israelí de atacar un centro de distribución de alimentos de la UNRWA en el campo de Jabaliya matando a cuatro personas.
Pese a los riesgos, muchos habitantes de Gaza afirman que están dispuestos a correr cualquier riesgo para encontrar algo que comer.
"No es un lujo, es una emergencia, necesitamos de todo: comida, medicinas, agua potable, productos de higiene", resume Al Masri.
O.M.Jacobs--JdB