

Uno de los atracadores de Kim Kardashian se presenta como un ladrón torpe
Yunice Abas, un de los "abuelitos atracadores" acusados del robo de joyas por 10 millones de dólares a Kim Kardashian en 2016, intentó minimizar su responsabilidad presentandose como una ladrón torpe ante el tribunal penal de París este miércoles.
Desde finales de abril, diez sospechosos están siendo juzgados por el atraco a mano armada a la reina de las redes sociales, que la prensa francesa describió como "el robo del siglo".
Abás, de 71 años, es un hombre bajo, con la cabeza rapada, el brazo derecho tembloroso por el Parkinson y se presento vistiendo un chaleco azul marino.
Es uno de los dos únicos acusados que reconoce haber participado en el atraco, ocurrido en la noche del 2 al 3 de octubre, y hasta escribió un libro al respecto: "Secuestré a Kim Kardashian".
El día anterior, al igual que Aomar Ait Khedache —presunto cerebro del golpe—, presentó sus "sinceras disculpas" a la estadounidense, que cuando ocurrió el atraco tenía 35 años.
"Vine para dar vuelta la hoja. Acepto sus disculpas", respondió la estrella desde el estrado.
Abás fue arrestadoa principios de 2017 debido a que su ADN habia sido hallado en el sitio del crimen y confesó su participación.
Pero el miércoles "esquiva las respuestas", destacó el presidente del tribunal, David De Pas.
Según él nunca había oído hablar de Kim Kardashian, solo sabía que la víctima era una "mujer de rapero", que se trataba de un "golpe de varios millones" y que había un gran "diamante" que ella mostraba en las redes sociales. Pero nada sobre el plan ni sobre su propio papel.
Una vez neutralizado el recepcionista, debía vigilar mientras dos cómplices subían a la habitación de la estrella. "Bajaron menos de 10 minutos después sin nerviosismo", detalló, con una caja de joyas Louis Vuitton en la mano, cuyo contenido vaciaron en una mochila.
Sin que estuviera previsto, aseguró el acusado, fue él quien se marchó con la bolsa colgada del manillar de su bicicleta.
A pocos metros del hotel apareció un coche de policía y pensó que estaba atrapado. "Levanté un brazo para decir: 'me rindo, no estoy armado', pero los policías creyeron que saludaba. Me devolvieron el saludo y siguieron camino", subrayó.
El relato de Yunice Abás intentó retratar un ladrón poco profesional y torpe, al cual incluso durante su fuga en bicicleta se le cae la bolsa con las joyas y al recogerlas olvida una cruz con incrustaciones de diamantes que una transeúnte encontró al día siguiente, única pieza del botín que fue recuperada.
T.Bastin--JdB